Al borde de los cambios de paradigma

Lo único certero es el cambio.

Me acuerdo en el 2019 que mi padrino me dijo: Simón, en el futuro lo único que tendrá Real valor será aquello que sea hecho a mano. Con el exceso de productos hechos en masa los humanos volverán a la fibra primordial: las cosas bellas hechas con las manos.

Ahora estamos en el 2023, compitiendo contra: impresiones en canvas, inteligencia artificial, robots que pintan, y personas que roban ideas, imágenes etc. También podemos sumarle recesión económica, y así terminar de teñir este artículo con un corte pesimista ; pero ese no es el punto. Hay mucha esperanza para el arte. Cada vez más más personas se convierten al arte, cada vez más personas entienden la importancia vital que tiene el arte en la vida y en el bienestar en el regocijo del alma en los quehaceres banales del día día, en todas sus manifestaciones. Cada vez estamos más conscientes más despiertos más exigentes con el arte que nos llega, también más informados. Ya una impresión en el caso de la pintura no llena nuestras expectativas: son piezas sin alma, simplemente ejecutadas por un autómata que imprime con un cartucho de tinta sobre la tela. Podrán tener el relieve o lo que sea pero hay algo primordial que no les podrás poner: el alma. Para las cosas tener alma deben ser hechas por la mano creativa, la mano tibia del creador. Así como Dios nos hizo del barro, puedo especular que en el modelado primero del humano quizás hubieron varios prototipos, pero el que más le convenció y le pareció a su imagen y semejanza fue aquel al cual él le dio cabida a su espíritu, a su soplo de vida. Asimismo al crear obras desde el corazón con la fuerza del espíritu que viene de Dios, nuestras obras, si son de luz, tienen ese pedazo del espíritu: tienen el alma, tienen la magia y proyectan la luz.

Lo artificial no puede replicar este fenómeno. Todo tiene su vuelo de misterio y este es el misterio que encierra precisamente el arte.

No es lo mismo un piano autómata que toque asimismo con tarjetas ranuladas, que Michel Camilo te toque el piano, te dé las gracias por escucharlo, te haga una anécdota humana, alguna situación por la cual pasó y de repente así con ese matiz de la conversación, toque otra pieza … Y ese mismo Michel Camilo podrá tocar a la misma pieza en distintos días y la pieza tendrá un aire diferente, no será igual porque es humana: es una pieza que vino desde la humanidad. Podría también insertar un poco del matiz pesimista y plantear el siguiente Escenario:

Qué tal si unas tormenta Solar lo suficientemente poderosa nos devuelve a la edad de piedra? Ese cuadro de Flamboyán que tendrías colgado cuando eso pase sería entonces tu Rincón de Consuelo… Por ende, ahora que el arte está tan asequible y a la palma de la mano, conócelo, colecciónalo, respétalo, sube tu estatus quo y eleva tu calidad de vida, Rodeándote de buen arte.

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